El avance opositor en las elecciones municipales en Reino Unido pone contra las cuerdas a Rishi Sunak

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LONDRES.- El gobernante Partido Conservador británico sufrió fuertes pérdidas en los resultados de las elecciones locales en Inglaterra y Gales de este viernes, consolidando aún más las expectativas de que el Partido Laborista regrese al poder después de 14 años en los próximos comicios generales, en un año que ya venía complicado para el primer ministro Rishi Sunak.

Los laboristas ganaron el control de ayuntamientos en Inglaterra que el partido no ostentaba desde hacía décadas, y triunfaron en unas elecciones especiales para un escaño en el Parlamento. Si esos resultados se repiten en las elecciones generales, que tendrán lugar antes de fin de año, supondrían una de las mayores derrotas de la historia de los conservadores.

La sombra de un adelanto de las generales, ante el descontento interno de los tories, ha estado presente durante toda la campaña. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, se apresuró a reclamar ese adelanto electoral. "Esto fue para decirle directamente a Rishi Sunak que estamos hartos de su declive, su caos, su división, y que queremos un cambio", afirmó desde Blackpool South, a donde se dirigió para felicitar por su elección al nuevo parlamentario laborista Chris Webb.

El primer ministro se aferró a los escasos resultados positivos de la jornada, como la victoria conservadora en la región de Tees Valley, para intentar aguantar las críticas internas.

Junto a los miles de concejales y decenas de alcaldes que revalidaban sus puestos en estos comicios, se celebraba además una by-election (elección parcial, para sustituir a un diputado en la Cámara de los Comunes) en la circunscripción de Blackpool South.

En abril de 2023, un grupo de periodistas del diario The Times, que se hicieron pasar por inversores, grabaron al diputado conservador Scott Benton cuando intentaba influir sobre las decisiones de miembros del gobierno a cambio de una comisión. Su dimisión dejó vacante el escaño, que el jueves pasó, en un giro histórico de número de votos, a manos del laborista Chris Webb. Con un respaldo del 58,9% de los votantes frente al 17,5% obtenido por los conservadores, el vuelco ha sido uno de los más drásticos que se recuerda —el tercero, en dimensión— en la política británica de la posguerra.

Todavía más humillante ha sido el hecho de que los tories apenas han logrado retener por unas décimas la segunda posición, con el populista Reform Party —xenófobo y pro-Brexit— pisándoles los talones con el 16,9% de apoyo. "Nosotros subimos y los conservadores bajan. En algún punto nos cruzaremos", vaticinó Lee Anderson, diputado del partido emergente. "Creo que, con unas elecciones generales a cuatro o cinco meses vista, les llegaremos a sobrepasar".

"Esta victoria sísmica en Blackpool South es el resultado más importante de la jornada. Porque era la competición en la que los votantes tenían la oportunidad de enviar un mensaje directo a los conservadores de Rishi Sunak [al tratarse de una elección general, aunque parcial, para designar un diputado], y ese mensaje ha sido abrumadoramente a favor del cambio" ha dicho el líder laborista al conocer las cifras de la votación. "Llegó el momento de unas elecciones generales", reclamaba.

A lo largo de este viernes se conocían los resultados de la mayoría de los 107 concejos municipales que deben renovarse. Al ritmo que se desarrollaba el recuento, los expertos vaticinaban que los tories podrían perder hasta 500 de sus 1000 concejales.

"Se encaminan a lo que podría ser, si no el peor, uno de los peores resultados del Partido Conservador en los últimos 40 años", dijo John Curtice, uno de los analistas electorales más prestigiosos y certeros del Reino Unido.

Aunque no hay una fecha prevista para elegir nuevo Parlamento, y nuevo gobierno, Sunak insistió en los últimos meses en que esos comicios se celebrarán "en la segunda mitad del año", y todos los expertos apuntan a noviembre.

Sin embargo, la presión del ala dura del partido, que vaticina una derrota humillante en las generales, va a verse incrementada si se confirman los catastróficos resultados en curso. Vuelve a estar sobre la mesa la idea de un adelanto electoral, quizá tan pronto como junio, que evitara a Sunak la humillación de tener que someterse a una hipotética moción de censura interna.

A la ventaja cuantitativa acumulada, los laboristas suman las victorias simbólicas en cuatro concejos, dos de ellos en manos conservadoras y otros dos sin mayorías claras: Rushmoor, Redditch, Hartlepool y Thurrock. Hasta el sábado no se conocerán los resultados definitivos de las grandes alcaldías en juego, pero todo apunta a que Londres, Manchester o Liverpool seguirán siendo controladas por la izquierda.

Sunak aferra sus esperanzas de sobrevivir esta jornada a los resultados de dos regiones que también deben elegir alcalde: West Midlands (Tierras Medias Occidentales) y Tees Valley, gobernadas hasta ahora en los dos últimos mandatos por los conservadores Andy Street y Ben Houchen, respectivamente. Los dos son políticos muy populares en sus respectivos territorios, que han hecho campaña con su propia marca y tomando distancia del Partido Conservador, en horas muy bajas de popularidad.

Con los resultados parciales a favor de Houchen, Sunak acudió al aeropuerto de Teesside, donde los conservadores celebraban la victoria del alcalde de Tees Valley. También él quería hacerse la foto: "El Partido Laborista puso toda la carne en el asador en este territorio, Starmer vino hasta dos veces durante la campaña, Rachel Reeves [vocera laborista de Economía] llegó a venir tres veces, pero no han logrado desmontar el maravilloso trabajo realizado aquí por el equipo conservador".

Los resultados de West Midlands no se conocerán hasta el sábado. Si los conservadores logran retener las dos plazas, Sunak podrá respirar con cierto alivio y echar mano del argumento de que los comicios locales siempre son utilizados por el electorado para dar un toque de atención al gobierno de turno. Aunque el monto total de la derrota apunte más a un castigo cruel que a un tirón de orejas.

Diario El País y agencia AP

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